- Artículo de opinión del portavoz de Ciudadanos (C’s) en el Ayuntamiento de Castellón, Vicente Vidal. Publicado en Castellón digital 11/10/2016
Se suele decir que “poco sentido tienen las palabras, cuando son los hechos los que mandan” y dice el dicho en nuestra ciudad que “si quieres saber quien es fulanillo, dale un carguillo”.
Desde Ciudadanos nos hemos dedicado a trabajar, consensuar y dialogar. Algo a veces difícil, porque nos encontramos que los que dijeron que iban a gobernar para las personas, están cayendo en los errores de las legislaturas pasadas: pasar el rodillo, preocuparse más de sus partidos que de los intereses de los ciudadanos y quejarse de la herencia recibida.
Clásicos en política que deberían desaparecer. Sin embargo, no exculpan que sigan los alumnos en barracones en los colegios valencianos o que los expedientes de la dependencia sigan amontonados encima de alguna mesa.
Y mientras unos salían en los platós de televisión pidiendo la dación en pago en España, C’s lo incluyó en el pacto de investidura con el PP; y mientras unos salían diciendo lo bien que vivía la ‘casta’, C’s incluyó eliminar las diputaciones y la reducción de gastos en la administración en el Pacto con el Psoe.
En Ciudadanos quizá no hacemos tanto ruido, es lo que tiene no gobernar y ser un partido austero, pero tenemos la conciencia tranquila de que, aunque no ocupemos tantos titulares, trasladamos las demandas de los ciudadanos a la casa consistorial, solicitamos y conseguimos que se aprobase que los ciudadanos tengan voz en los plenos y pedimos eliminar los políticos de las mesas de contratación en Castellón.
Hemos conseguido aprobar la subida de la renta básica en la Comunitat y, si depende de nuestro partido a nivel nacional, los contratos basura desaparecerán, el dinero en gastos superfluos de las administraciones irá a Sanidad y Educación y nuestros autónomos por fin dejarán de ser los empresarios con lo peor de ser empresario y lo peor de ser trabajador.
En definitiva, menos titulares y la conciencia tranquila de trabajar para ser parte de la solución de los problemas, sabiendo que las cosas no se dicen, se hacen.
